¿Qué es la Artritis Psoriásica?
La Artritis Psoriásica (APs) es una enfermedad inflamatoria crónica que ocurre en algunos pacientes con psoriasis. Causa dolor e inflamación en las articulaciones (artritis) e inflamación en las entesis (lugar de unión al hueso de fascias, cápsulas articulares, tendones y ligamentos). También puede afectar a la columna vertebral y la pelvis.
¿Qué lo produce?
La causa de la APs es desconocida. Parece ser que se debe a la interacción entre factores genéticos, inmunológicos y ambientales. Los factores genéticos influyen en la aparición de la enfermedad. Se cree que factores ambientales, como una lesión, un traumatismo o una infección, pueden activar estos genes, haciendo que aparezcan los síntomas de APs. El tabaco se ha visto que es un factor de riesgo de APs. Las alteraciones autoinmunes serían responsables de los mecanismos de la inflamación. Podríamos resumir diciendo que tanto los factores ambientales como los autoinmunes estarían implicados en la aparición de la enfermedad en pacientes genéticamente predispuestos.
¿A quién afecta la Artritis Psoriásica?
La Artritis Psoriásica suele debutar entre los 30 y 50 años, con incidencia global anual de 3-8 casos nuevos por cada 100.000 personas/año, afectando por igual a hombres y mujeres. La prevalencia de Psoriasis en la población general es del 1-3%, un tercio de los cuales puede desarrollar APs (0,3-1% de la población general). Hay una importante agregación familiar. Hasta un 40% de los pacientes con APS tienen familiares cercanos afectados.
¿Cómo se manifiesta?
Es habitual que la afectación cutánea de la psoriasis preceda a los síntomas articulares, pero en un 10-15% de los casos cuando se inicia la enfermedad reumática aún no se ha manifestado la psoriasis, lo que dificulta o retrasa el diagnóstico.
La APs se manifiesta con dolor e inflamación articular (artritis) que puede causar limitación funcional y con el tiempo deformidad característica. Puede afectar a casi cualquier articulación del cuerpo. Cuando aparecen síntomas de entesitis (dolor e inflamación en la zona donde se insertan los tendones al hueso), es frecuente que sea en los talones, codos, rodillas o huesos de la pelvis. A nivel de la columna, puede provocar dolor en zona cervical, dorsal o lumbar y en la pelvis por afectación de las articulaciones sacroilíacas o por entesitis. También puede aparecer dactilitis que es la hinchazón de los dedos por artritis y entesitis simultánea, dando lugar a “dedos en forma de salchicha”.
El dolor de la APs es de características inflamatorias, lo que significa que empeora tras el reposo y mejora con el ejercicio. Se acompaña de rigidez matutina, o tras reposo prolongado, que suele mejorar pasados más de 30 minutos de actividad física. Es habitual que el dolor nocturno despierte al paciente.
Hay diferentes formas de presentación de la artritis psoriásica, aunque no son puras y pueden solaparse. Son las siguientes:
- Artritis oligoarticular asimétrica: se afectan menos de 4 articulaciones de las extremidades. Esta es la presentación más frecuente.
- Poliartritis simétricas: afecta a más de 4 articulaciones de forma simétrica, muy similar a la artritis reumatoide.
- Artritis de predominio de interfalángicas distales de manos y pies, suele acompañar a afectación psoriásica de las uñas.
- Espondilitis: se afecta la columna y articulaciones de la pelvis o sacroilíacas de forma similar a la Espondilitis Anquilosante.
- Artritis mutilante: es una presentación muy rara, con deformidad telescópica de los dedos, rápidamente progresiva, con difícil control terapéutico y evolución irregular.
Además de los síntomas articulares y de las lesiones cutáneas psoriásicas, estos pacientes pueden presentar afectación ocular como iritis o uveítis y síntomas generales como cansancio, fatiga e incluso fiebre. Suelen tener sobrepeso y más frecuente patología cardiovascular (infartos, ictus) que la población general. Es por esto que hay que controlar otros factores de riesgo cardiovasculares como la hipertensión o la hipercolesterolemia y evitar el tabaquismo, que es factor de riesgo tanto de la APs como de problemas cardiovasculares.
¿Cómo se diagnostica la Artritis Psoriásica?
El diagnóstico es clínico y se basa en objetivar artritis o entesitis en pacientes con lesiones psoriásicas. La exploración clínica y la radiología ayudan al diagnóstico. Para determinar la afectación de la columna y sacroilíacas se puede requerir Resonancia Magnética. La analítica ayuda a valorar el grado de inflamación o actividad de la enfermedad, pero no es diagnóstica.
¿Cómo se trata la Artritis Psoriásica?
Los síntomas articulares se tratan con antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) como el Naproxeno, Ibuprofeno, etc. Es imprescindible asociar fármacos modificadores de la enfermedad (FAMEs) como el Metotrexato, la Leflunomida o la Salazopirina. Cuando la enfermedad no se controla con FAMEs es preciso añadir fármacos biológicos que han mostrado gran eficacia en controlar los síntomas tanto axiales como periféricos. Los tratamientos biológicos son fármacos creados mediante técnicas de biología molecular, que se asemejan a proteínas humanas, concretamente a las inmunoglobulinas o anticuerpos. Los que se emplean en la APs son Infliximab, Etanercept, Adalimumab, Golimumab, Certolizumab, Ustekinumab, Secukinumab y el Ixekizumab. Recientemente se ha incorporado otro fármaco, Tofacitinib, no biológico, que inhibe pequeñas moléculas inflamatorias.
La elección del tratamiento se hace en función de las manifestaciones articulares y cutáneas, ya que la eficacia en los síntomas cutáneos y en los articulares varía entre los fármacos. De ahí la importancia de que el tratamiento de la APs sea multidisciplinar entre Reumatólogo y Dermatólogo.
La fisioterapia y el ejercicio físico también juegan un papel importante en la mejora de la función articular. El control del sobrepeso, la dieta y evitar el tabaquismo pueden disminuir el riesgo de las complicaciones cardiovasculares que suelen presentar estos pacientes.
En ocasiones es preciso recurrir a cirugía ya sea para corregir deformidades o para implantar prótesis en articulaciones severamente dañadas.
¿Qué pronóstico tiene?
La aparición de las nuevas dianas terapéuticas ha mejorado mucho el pronóstico de la APs. La mayoría de los enfermos tienen buena evolución, casi siempre asociado a un diagnóstico precoz y tratamiento adecuado, antes de que se establezcan deformidades irreversibles. Los pacientes con Artritis Psoriásica suelen llevar una vida normal, debiendo seguir el tratamiento y controles indicados por su Reumatólogo y Dermatólogo.